Dos meses

Ayer nomás, el 29 de octubre, Mati cumplió 2 meses. Como ya habíamos adelantado al mes de vida, en total haremos doce festejos hasta llegar al año (si señor, vamos a festejar los 12 meses y un minuto después el primer año).

Así como el primer mes fue bastante movido, donde parecería que nos habían dejado cuidando a un sobrino y hasta nos resultaba raro proclamarnos como Papá y Mamá. El segundo mes sirvió para acomodar la nueva estructura.
Cada vez, te resulta más y más lejano la época pre-bebé.
Comenzás a pedir turnos a nombre de tu hijo. Es decir, Susú llama a la pediatra presentándose como la Mamá de Matías Burecovics (para mí, es impresionante escuchar un nuevo nombre con mi apellido, en especial porque pocos somos portadores del mismo).

Las horas de comida, de estar contento y despierto, los momentos de malhumor y el sueño más profundo, van tomando su ritmo.
Va prestando más atención a su entorno, mira los colores y luces con mucha dedicación, y trata de comunicarse dentro de los sonidos que puede realizar. Y principalmente, siempre esta listo para salir, su bolso con pañales, ropa extra, vitaminas, remedio para la fiebre (aliado fundamental después de las vacunas) y remedio para los gases.
Estos aspectos nos van demostrando el crecimiento de Mati.
Eso sí, todavía, cuando son las 5 o 6 de la mañana y comienza a llorar, tenemos la ilusión que vendrán de la nursery a pasearlo un rato (pero después, la realidad nos muestra que ya es, de nuestra exclusiva responsabilidad).
