Saturday, October 29, 2005

Aprendizaje del Bebé

Este texto surge gracias a la inquietud de un amigo mío.
Hasta ahora fui narrando diferentes experiencias, de las cuales, tratamos de ir aprendiendo esto de ser padres.
Pero hay un lado de este trípode que no fue del todo tratado. El aprendizaje del Bebé.
Jorge, espero poder cumplir con tus expectativas.

Pensemos lo complicado que a nosotros nos resultan los cambios, en los distintos aspectos de la vida. A pesar de tener distintas herramientas para enfrentarlos, que fuimos consiguiendo a través de nuestras experiencias.
Ahora tratemos de imaginar un cambio al 100%, y casi sin mecanismo de defensa (a nivel intelectual).

El Bebé al instante de nacer deja un refugio cómodo, tranquilo, donde no hay horarios, la comida viene sin trabajo alguno, está desnudo y generalmente no sufre alteraciones (salvo los cambios de su propio cuerpo al ir creciendo).
Cuando Matias salió (realmente no hay nada que se pueda comparar con este segundo), estaba completamente de color gris (debido al cambio de temperatura), lo apoyaron un segundo sobre Susú (para tranquilizarlo con el olor de la madre) y se lo llevaron a revisar. Yo fui con él. Le pusieron dos vacunas y lo vistieron. Como tenía los ojos abiertos, después de contarle los dedos de las manos y los pies, empecé hablarle mientras me miraba a mí y a su entorno (aunque en esos momentos no logra visualizar más allá de 30 centímetros). Estuvo unos minutos con su Mamá y se lo volvieron a llevar para hacerle otros estudios. Como verán bastante caóticas y rápidas son sus primeras lecciones.


En estos primeros días hay dos cosas, que van a favor de su rápido aprendizaje.
1- Los nueve meses en la panza, le han permitido reconocer olores y voces, eso ayuda a no sentirse sólo.
Por ejemplo: la primera noche le cante “Un osito de peluche de Taiwán” (canción que le cantábamos en el embarazo) y así pude contener un par de llantos.
2- El no tener prejuicios previos, por falta de conocimientos, le permite regirse por el sistema de acción y reacción.
Ejemplo: Si llora, enseguida alguien irá a verlo y seguramente le darán de comer (“el que no llora no mama”).

Con el tema de prenderse a la teta, viene una nueva complicación. Se necesita mucha paciencia y darles tiempo a la madre y al bebé para tratar, fallar y volver a intentar. No hay ninguna forma mágica.
Desde ahí en más todo se vuelve asimilación por repetición (aquí ya el trabajo es en conjunto). Tanto los gases, el cambio de ropa, los pañales y sus lugares (juega en su sillita, duerme en el catre y sale en el cochecito). Todo se repite día tras día.
En los primeros años los chicos son como esponjas, hay que aprovechar estas circunstancias para poder enseñarle cosas útiles (o que uno cree que son útiles).
Si uno deja que las visitas lo tengan a upa, eso ayuda a que sea más sociable. O el hablarle y repetirle palabras, hace que las vaya identificando. Mati esta comenzando a respondernos con sonrisas y con grititos o ruidos, cuando le hablamos.
La única cuestión que todavía no tiene instaurada, es la diferencia entre el día y la noche (obviamente, eso queda para más adelante. Por ahora come cada tres horas, así sean las 3 de la mañana).


Como verán, uno tiene una gran responsabilidad en la educación de su hijo. Yo ya me estoy haciendo la idea que, a pesar de tratar de hacer lo mejor posible, no voy a evitar equivocarme. De otra forma, me resultaría imposible.

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