Horarios Cambiados

Otra fiesta nocturna, otro casamiento. Esta vez, se trató de una amiga de Susú. Tamara, una de las fans del Blog que bien merecida tiene la mención en el mismo. Toda la noche del sábado a pura comida y bebida, aunque debo reconocer que trate de no matarme como en el casorio anterior, donde terminé empachado de todo lo que consumí.

Bailamos y en una primera instancia me dedique a realizar pogos, fajando al novio junto a una ronda de iracundos desenfrenados y golpeadores. Al otro día me dolían los brazos.
Nuevamente, Mati fue autoexcluido de la ocasión, por la simple razón de que debe dormir bien. La vez anterior fue cuidado por mis suegros, así que nobleza obliga, en esta oportunidad les tocó a mis padres. Durante parte de la noche, ambos estuvieron en mi casa deleitándose con el “Tute”. Después mi papá volvió a su hogar y mi mamá se quedó. La idea era cuidarlo hasta un horario donde pudiéramos descansar, por lo menos un mínimo necesario. Para después, poder tomar la posta. Y así fue el domingo al mediodía.

Nosotros nos damos cuentan como los revitaliza estar con Matias, una inyección de felicidad que les dura por bastantes días. Contando con fascinación todo lo realizado.
El por su parte, saca rédito de ser el mimado, aprovechando para jugar hasta dormirse.
Durante las horas que estamos los dos solos, vienen los recuerdos del noviazgo aunque rápidamente, se entremezclan con la imagen de Mati. Nos relajamos, sabiendo que al otro día estaremos jugando los tres. Es una alegría por partida doble y podemos pasarla bien.

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