Friday, April 21, 2006

38 Grados


Por primera vez Mati tuvo su estado febril importante. Durante dos días deambuló entre los 38 y 38.5 grados de temperatura. Ya venía resfriado desde hace un mes atrás y le había sumado una linda tos, en teoría ambas fueron las causantes del elevado calor corporal y unos vómitos que se dieron el primer día.
Demás esta decir la preocupación que se vivió en casa, no es nada lindo ver a tu hijo tirado y sin la energía que lo caracteriza.

Por suerte, coincidieron con el feriado laboral de Susú y de esa forma pudo estar al lado de Matías, seguramente eso influyó en su ánimo.
La noche anterior a levantarse con fiebre fue la más complicada en mucho tiempo, llantos desconsolados que iban y venían nos desbordaban sin saber que poder hacer.
No veíamos motivos para tal reacción, se calmaba y a los pocos segundos volvía a estar fastidioso. Son de esas noches que recordás con nostalgia cuando dormías de corrido.
Para colmo de males, el segundo día teníamos pediatra y la lluvia nos imposibilitó la visita. Tuvimos que llamar a “Swiss Medical” para que nos enviara un médico a domicilio, pero en vez de eso nos mandaron una Película de Terror.
Luego de tardar cuatro horas en llegar, el doble de las horas que te dicen por teléfono, subió al departamento algo que se asemejaba a un ser vivo del género femenino (no se la puede llamar mujer, ni señora y menos médica) y desarrollo todo un perfecto dominio de negligencia y estupidez.
1-No se lavó las manos, algo básico para atender a un bebé.
2-Lo revisó a distancia y de forma visual.
3-Apenas miró la garganta y sin tener baja lengua.
4-Tomó la temperatura simplemente por pedido de Susú. Con un Mati incómodo e inquieto no lograron ponerle bien el termómetro y al sacarlo marcaba 35 (algo ilógico). Sin volver a intentarlo ese fue el dato que anotó en su planilla.

Susú correctamente indignada la invitó a irse para luego despachar su ira, vía telefónica, contra el servicio de “Swiss Medical”. La escasa función mental de estos no fue impedimento para volver a intentarlo, esta vez enviando una señora médica como corresponde. Ella misma, al escuchar la historia habló con la gente de atención al cliente para preguntar porque había ocurrido tal situación. Obviamente, el que atiende en ese momento nunca tiene la culpa.
Ya pasado este trago amargo, “el Tute” tuvo una buena noche y a la mañana siguiente se despertó mejor y sin fiebre. Esperemos que así siga y pueda dejar atrás su resfrío. En definitiva eso es más importante.
Ahora, a vos te digo “Swiss Medical” o mejor dicho a quienes forman esa institución, cuídense porque muchos de sus compañeros (gerentes, jefes de áreas, recepcionistas, etc.) están trabajando mal, muy mal. Además, les recomiendo que utilicen a sus médicos y no a servicios tercerizados donde no tienen control sobre las personas que envían.
No sea cosa que el día de mañana se les vuelva en contra.


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