Eran Cólicos, nomás


Como suponíamos y habíamos dicho anteriormente, Mati andaba con dolor de panza debido a los gases. Por eso, le costaba conciliar el sueño.
Este problema, científicamente catalogado como “cólicos”, es uno de los principales enemigos del descanso de los padres.
No se debe a problemas alimenticios de la madre, a la leche o al calor.

Ya estamos superando estas instancias y Matias está volviendo a dormir sus sueños largos, despertándose sólo cuando su reloj alimenticio reclama nueva leche.
Situación en donde no puedo ofrecer soluciones (todavía y por algunos meses más, puedo utilizar este recurso para seguir roncando).
El flagelo de los “cólicos” seguirá apareciendo pero siempre encontrará resistencia.
Como anécdota de esta nueva etapa vivida, queda la visita al pediatra.
Su habitual doctora estaba de vacaciones, así que otra médica del staff lo atendió. Además de darnos el diagnóstico, se encargó de hablarle y enamorarse de sus ojos y su sonrisa pícara. Cuestión por la cual, no dejo de darle besos y pronosticar la duración del color claro.

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