Thursday, January 12, 2006

Baby Call, Alerta














La última semana se ha caracterizado por el creciente aumento en las acciones del Baby Call. Desde la oscuridad en que se hallaba (comenzó a funcionar cuando Mati pasó a la cuna funcional), se hizo notar al paso de reflejar el llanto.

Al decir “llanto”, no me refiero a la actitud Gallardo (según este redactor la persona más llorona de la Argentina y, desde hace unos días, destructor de fuentes de Trabajo).
Me refiero al momento donde el bebé utiliza sus lágrimas y gritos para llamar la atención de sus padres. Y vaya si lo logra.
Desde hace varias noches, Mati se despierta de esta manera por lo menos dos veces.
El aparatito blanco prende sus lucecitas rojas y el estruendo sobresalta a Susú.
Verán que no miento y hago notar que aunque pase un tractor con doble tracción, seguido por 300 personas con cacerolas (extraviadas en alguna marcha de Nito Artaza) y 20 elefantes con problemas de gases, mi sueño no se modifica.

Susú ha tratado de despertarme para colaborar, pero mi cuerpo reacciona como si estuviera escuchando la radio despertador. Sólo atino a estirar la mano para apagarla.
Mis disculpas públicas.
Sin embargo, y Fuera de Programa, hoy me hice cargo del segundo llanto.
Me acerqué al “Tute” y comprobé sus gritos, mientras que con los ojos entrecerrados busque el chupete para volvérselo poner. No resultó.
Al encontrarme sin más alternativas, reintente el operativo tres veces y fue sistemáticamente rechazado. Entonces probé con mimos y la cuestión mejoró.
Más tranquilos, nos miramos un rato y como si nada hubiese pasado, Mati giró la cabeza y siguió durmiendo.
Por suerte, la recompensa de haber logrado mi objetivo desplazó mi primer pensamiento, al verlo llorar y no encontrar respuestas. Ese pensamiento que todo padre debe tener: “Ya vas a ver cuando tengas un hijo…”


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