De Jardines e Infantes

Semana de final de clase y comienzo de vacaciones. Nuestros sobrinos terminaron el año escolar y realizaron sus respectivas fiestas de Fin de Año.
July, celebró en un acto íntimo (para Padres e Hijos).
Moshi, con actuaciones de todas las salas y abierto a todo público.
Nicole, con entrega de diplomas (terminó el preescolar) y para toda la familia.
Entre las diferentes reuniones, pude observar lo difícil que es manejar grupos de chicos, debido a la excitación o miedo que pueden tener al pisar un escenario. Pero más complicado es tener controlados a los padres, que luchan por tener posiciones privilegiadas donde lograr mejores fotos o gritan para que sus hijos los saluden desde el escenario (interrumpiendo toda actividad teatral que estos intenten desarrollar).En un primer momento me sentí aliviado porque pensaba que lejos estaba aún de confrontar ese tema. Según mi propia experiencia, creía que hasta los dos o tres años (como era en mi época) tenía tiempo antes de decidir a que escuela enviaría a Mati.
Todavía no tendría que lidiar con otra gente sobre métodos de enseñanza, cuotas mensuales, regalos para maestros y fiestas de fin de año. Sentía que el “Tute” podría seguir gozando de la Anarquía previa a la carrera estudiantil por un buen tiempo más.Temo decir que me equivoque.
Parece ser que la nueva moda, es mandar a los chicos a partir de los 18 meses. Y no sólo eso, como hay vacantes limitadas, medio año antes de empezar, debo inscribirlo en la institución que haya elegido. Sacando rápidos cálculos, a mitad del año que viene tengo que tomar una de las primeras “Grandes Decisiones”. El mundo se mueve muy rápido.
Eso sí, debo pensar que postura tomaré ante los demás padres. Seré el tipo simpático y siempre predispuesto, o impondré cara de seriedad para que tengan miedo de pedirme cosas.
Todo es posible.

0 Comments:
Post a Comment
<< Home