No es la Salida

Por ejemplo, los días de mucho calor (como en la última semana de nuestra Capital).
Quien paga estos encierros domiciliarios, en mi caso, no es otra que Susú. Por lo menos mientras dure su licencia por maternidad (pronta a extinguirse).
Hay que valorar este esfuerzo, apenas mitigado por el aire acondicionado, la televisión y la computadora.

Hay que armarse de paciencia y pensar como debe sentirse el ser “Una distribuidora de Leche Portátil”.
Todos sabemos lo traumático que puede ser una mujer aburrida, no hay necesidad de prender una mecha que no logremos apagar a tiempo.
Que le vamos hacer, los veranos son jodidos. Ropa pegajosa, calles que parecen baños turcos, cortes de luz y problemas para dormir. Es importante no perder de vista la proximidad del fin de año, y las benditas vacaciones (el mejor invento del hombre). Mientras tanto, hay que juntar las fuerzas necesarias para pasar el resto que queda. Sea internados en casa o nivelando la ansiedad de otros.

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